
MANIFIESTO POR UNA ALIMENTACIÓN SANA Y DE CERCANÍA.
que cuide nuestra salud, la del medio ambiente y la producción local
¿Qué comemos? ¿De dónde viene aquello que consumimos? ¿Cómo se ha producido? Son algunas de las cuestiones que preocupan cada vez más a una parte significativa de la población.
Personas agricultoras y consumidoras, cooperativas, colectivos agroecológicos y que apoyan la agricultura de cercanía y las prácticas regenerativas en Aragón nos unimos para denunciar el sistema alimentario actual que desplaza a la agricultura familiar y social, y genera múltiples problemas en nuestra salud y en el medio ambiente.
Hoy, con este manifiesto, llamamos a la sociedad aragonesa a sumarse para:
- Frenar el abandono del campo y el acaparamiento de tierras.
- Defender un consumo consciente: local, fresco, ecológico y de temporada.
- Tejer redes que pongan la vida en el centro y hagan posible otro modelo de alimentación.
Despoblación y envejecimiento rural:
En menos de 10 años, más del 60% de las personas que hoy trabajan la tierra en Aragón se habrán jubilado. Apenas un 5% de los agricultores y agricultoras tiene menos de 35 años. Si no actuamos ahora, ¿quién cultivará nuestros alimentos mañana?
Financiarización del campo:
Frente al abandono del campo avanzan los fondos de inversión que acaparan tierras para monocultivos y megaproyectos, desplazando a quienes cuidan el territorio. ¡Queremos decidir quién y cómo se producen nuestros alimentos!
Asfixia a pequeños productores:
La gran distribución impone precios injustos, y la economía de escala margina a quienes producen con respeto y sostenibilidad. El 70% de las explotaciones agrarias aragonesas son familiares, pero cada año desaparecen cientos por falta de rentabilidad.
Paisaje rural industrializado:
Aragón pierde 2.000 hectáreas anuales de suelo fértil bajo placas solares, aerogeneradores y macroproyectos. La transición energética no puede ser a costa de la agricultura. ¡Queremos campos con vida!
Insostenibilidad ambiental y social:
La mayoría de los productos que constituyen nuestra alimentación vienen cada vez de lugares más lejanos y de un modelo agroindustrial basado en el sobreconsumo de agua y energía y en el uso de fertilizantes y pesticidas químicos con repercusiones en nuestra salud y la del medio ambiente.
Emergencia alimentaria en los hogares:
El 55% de la población española ya no cocina a diario, y el consumo de ultraprocesados ha aumentado un 40% en la última década.Las consecuencias son graves: 60% de personas adultas aragonesas tiene sobrepeso, las tasas de diabetes tipo 2 e hipertensión no dejan de subir (especialmente entre jóvenes) y el cáncer ha aumentado un 79% en personas de entre 30 y 50 años en las últimas 3 décadas.
II. DECÁLOGO DE ACCIONES URGENTES
Exigimos a las instituciones medidas concretas para revertir esta crisis:
- Fomentar la compra pública. Poner en marcha un proyecto piloto en comedores escolares con cocina propia, integrando alimentación saludable, productos de proximidad y formación en hábitos alimentarios. Esto requiere implicación de la DGA y coordinación con AMPAs, centros y proveedores locales.
- Dinamizar los mercados municipales. Queremos que sean espacios educativos y de disfrute. Ello requiere que los Ayuntamientos implicados en colaboración con los colectivos interesados y los productores destinen recursos que lo hagan posible.
- Visibilizar y mejorar la comercialización de alimentos ecológicos y de cercanía en las tiendas y comercios de barrios y pueblos, así como en restaurantes y establecimientos de hostelería.
- Aumentar los canales cortos de comercialización: desarrollo y fomento de redes de comercialización, distribución y logística de última milla.
- Mejorar la coordinación y crear nuevos grupos de consumo y cooperativas rurales con asesoramiento y financiación, buscando sinergias con el comercio local.
- Recuperar la plataforma de venta a domicilio de alimentos locales (creada durante el COVID) y mejorarla para llegar a más hogares.
- Proteger y regenerar el suelo fértil mediante una moratoria que priorice la agricultura frente a macroproyectos industriales y el apoyo al modelo de agricultura familiar y social.
- Formar y facilitar el acceso a la tierra de jóvenes y nuevos agricultores: bancos de tierras públicas y cursos en agroecología para nuevos agricultores.
- Impulsar la marca «Huerta de Zaragoza» con campañas públicas de promoción sobre los beneficios del consumo de producto local y la generación de incentivos.
- Reactivar el Consejo Alimentario de Zaragoza (paralizado desde 2022) como espacio de participación real para políticas agroalimentarias.
Aragón, a 28 de mayo de 2025